ARGUMENTO

En una fría noche de invierno una joven llamada Eva Laurent encuentra en su habitación un extraño colgante que empieza a brillar en la oscuridad. Al principio no le da importáncia, ya que se piensa que es un regalo de su madre, pero poco a poco va a descubrir que aquel extraño objeto va a cambiar su vida por completo.


martes, 11 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 2



Hace dos días que mamá se fue de casa a causa del accidente de papá, y hace dos días que yo no voy al insituto. Me han llamado varias veces algunos profesores pero no cojo el teléfono. Sé que son ellos porque David me envió un mensaje al Whatsapp diciéndome que me llamarían pero que él ya les había explicado el motivo de mi ausencia. La verdad, no se qué haría sin él. Estos dos días solo me he levantado para comer un poco y volver a tumbarme a llorar. He adelgazado un quilo y tengo el pelo horrible. Mi cara está llena del rimel corrido por las lágrimas. He recibido dos cartas más de mamá y las noticias nunca són buenas. Esto es lo peor que me podía pasar después del divorcio de mis padres.
Acabo de recibir otro mensaje. ¿David? No, es Ali.


Hola wapisima, ¿como estas? David ya me ha contado lo que ha pasado y lo siento mucho. Si necesitas cualquier cosa llámame o escribeme un whats. Tq.
Debería contestarle pero... ¿qué le escribo?


Gracias wapa. De momento estoy bien, intentando asumir lo q pasa. Si necesito algo ya se q puedo contar cntigo. Yo tb tq. Bss.


Enviar. Ya está. He mentido un poco, pero no quiero preocuparla. Hace una hora que el cartero me ha traído un paquete. Venía desde Madrid y no me he atrevido a abrirlo, aunque si que he leído la carta. Era de papá, al parecer la escribió hace meses. En ella ponía que si algún día le pasaba algo grave quería que me entregaran este paquete urgentemente. También que me quiere mucho y que el contenido que hay en la caja es algo muy especial que hará que vea la vida de otra manera más bonita. No le creo. Después de lo que ha pasado, ¿qué me puede alegrar? Paso de abrirlo. Me voy a dormir que ya es tarde. Buenas noches.
 
Una pequeña luz ilumina mi habitación. Al principio creo que es el sol pero son las dos de la mañana. Me acerco al escritorio y veo brillar un colgante. Lo cojo pero entonces se apaga. Tiene una forma muy bonita, es como una gota de agua que dentro contiene un "ying yang" de colores verde y azul. Es realmente precioso pero... ¿De donde ha salido? Seguramente sea de mamá. Mañana ya pensaré en ello, ahora toca dormir ya que mañana voy a ir al instituto para intentar olvidar un poco. Me vuelvo a meter en la cama, me tapo con la sábana y al momento me duermo.
  El despertador. Son las seis de la mañana, hoy me he despertado antes porque me tengo que duchar y arreglar bastante. Enciendo el grifo y el agua sale medio fría, está perfecta. Primera enjabonada. Segunda. Mascarilla. Ahora el cuerpo. En total, tres cuartos de hora. Salgo y empiezo a peinarme, tengo el pelo muy enredado. Me lo seco y me lo recojo en dos coletas. Me visto y me echo colonia y desodorante. Para terminar los ojos. Lista. Cojo la mochila, el bocadillo y las llaves. ¡Ah! Y también ese colgante que he encontrado. Bajo por el ascensor y espero a David en el portal.
- Buenos días pelirroja, te echaba de menos.
- Hola David, yo a ti también.
Empezamos a caminar hasta llegar al instituto. Durante el camino solo a hablado David pero apenas le he escuchado. En la puerta están Ali y Amanda. Las dos me saludan y luego nos dirigimos los cuatro a clase. A primera hora tenemos castellano, después gimnasia y antes del patio sociales. Las dos primeras horas se me pasan rápido pero la última es la peor. Por fin salimos al patio, David y yo nos vamos a la parte de atrás mientras que el resto de la clase se van a la de delante. A mitad del camino Alicia se me acerca para hablar conmigo a solas.
- ¿Que pasa?
- Esto... Tu y David... ¿estáis saliendo?
- ¿Qué? ¡Que va! ¿Que pasa? ¿Te gusta? - Se pone muy roja, eso es un sí.
- ¿Cómo? ¡No! Bueno... - Agacha la cabeza.
- Tranquila será nuestro secreto.
- Gracias, ¿qué tal tu padre? - La pregunta me hace recordar todo aquello que quería olvidar. Un lágrima cae por mi mejilla pero Ali se acerca y la seca. - Supongo que eso es que mal. Oye, va a ser difícil para ti pero siempre que necesites desahogarte me llamas, ¿vale? Se lo mal que se pasa ya que yo perdí hace poco a mi abuelo y por eso aquí tienes un hombro sobre el que llorar.
Me sonríe y se dirije donde está mi amigo, supongo que para hablar un poco. Yo me alejo un poco y empiezo a llorar. Mi cabeza empieza a preguntarse por qué me pasa todo esto a mi si ya estaba suficientemente mal, incluso a veces me he planteado el irme a vivir a un lugar alejado del mundo. Entonces una de mis lágrimas cae en el collar y el “ying yang” de su interior empieza a girar y a brillar como nunca. De la intensidad de aquella luz tengo que cerrar los ojos muy fuerte.
Dos segundos. Vuelvo a abrir los ojos y me encuentro en un bosque. No hay instituto, ni parte trasera, ni tampoco mis dos amigos. Solo yo y un montón de árboles. Algo se mueve en mi cuello, bajo la cabeza y el collar se está transformando. Ahora ya no es una cadenita, sino una especie de rama enganchada a mi que en el centro contiene dos substancias de color verde y azul que no paran de girar lentamente formando un remolino. ¿Qué acaba de pasar? Empiezo a caminar sin saber a dónde ir, ¿qué busco? No lo se, pero algo dentro de mi me dice que voy a encontrar algo. De repente, el remolino del collar empieza a salir como si cobrara vida y forma una linea recta cuyo final desconozco. Empiezo a seguirla y conforme camino la linea se va introduciendo otra vez en su sitio. Después de cinco minutos andando llego a una gran puerta. La empujo con la mano y asomo la cabeza. Es una espécie de aldea. Voy a entrar...
- ¡Eva! ¡Eva despierta! - Abro los ojos de golpe. Estoy tumbada en el suelo y a mi lado están Dav y Ali.
- Pelirroja, ¿estás bien?
- Dav... ¿qué ha pasado?
- Te has desmayado, llevas así unos diez minutos. - ¿Qué? ¿Entonces ha sido todo un sueño?
- ¿En serio? ¿No habéis visto una luz muy fuerte o algo parecido?
- No... Parece que te has dado un golpe muy fuerte, vamos a la enfermería. David, tu avisa a los profesores.
- Vale, os espero en clase.
Entramos en el instituto y nos encontramos con la enfermera. Le explicamos lo sucedido y que yo no recuerdo nada, solo he tenido un sueño muy extraño. Me tumbo en la camilla y me empieza a hacer una revisión. Me mira los ojos, los oídos y me pregunta si estoy estresada por algo. Yo le cuento lo de mi padre y entonces ella apunta algo en su libreta.
- Bien, posiblemente te hayas desmayado por mucha acumulación de estrés. En tu edad es algo normal. Deberías irte a casa y descansar.
- Gracias doctora, la acompañaré hasta la sala de profesores y pediré que me dejen acompañarla a su casa.
Nos ha costado un poco convencer al director que nos deje salir, pero debido a las circunstancias ha accedido. Durante el camino pienso en lo sucedido y vuelvo a mirar el collar, eso no ha sido un simple sueño estoy segura.



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