ARGUMENTO

En una fría noche de invierno una joven llamada Eva Laurent encuentra en su habitación un extraño colgante que empieza a brillar en la oscuridad. Al principio no le da importáncia, ya que se piensa que es un regalo de su madre, pero poco a poco va a descubrir que aquel extraño objeto va a cambiar su vida por completo.


sábado, 20 de octubre de 2012

CAPÍTULO 5

¡Ya está el capítulo cinco! Este se lo quiero dedicar especialmente a mi mejor amiga Ana por todo su apoyo y sus consejos, ¡un besazo guapa! Y para mis lectores/as muchas gracias por vuestros comentarios y espero que disfrutéis leyendo este capítulo :)


(Parpadeo... Luz blanca y borrosa... Parpadeo...) A mi alrededor veo muchas sombras blancas, pero es todo muy borroso...
- Eva... Eva...
- ¿David?
- ¿Qué David?
Abro los ojos y veo la cara de Marcos. Me fijo mejor y le veo de rodillas en el suelo sujetándome entre sus brazos.
- ¿Qué ha pasado? - Intento incorporarme pero estoy muy mareada y vuelvo a caer.
- Tranquila, ¿te encuentras bien?
- Sí, bueno... Un poco mareada...
- Espera, que te llevo al sofá.
Se levanta poco a poco. Yo rodeo su cuello con mis brazos con miedo a caerme. Me mira y sonríe. Yo hago lo mismo. Despacio me tumba y se sienta a mis pies.
- ¿Puedo...?
- ¿Puedes?
- ¿Puedo... apoyar mi cabeza en tu pecho?
- Claro tonta, ven aquí anda.
 Me inclino y lentamente me apoyo en su fuerte pecho. Él empieza a acariciarme el pelo mientras me canta una canción que no conozco y me empieza a entrar el sueño.

- Eva... Eva...
Es otra vez la voz de Dav. Abro los ojos pero no está. Al principio me cuesta situarme y saber donde estoy pero poco a poco reconozco la casa de mi nueva amiga. Marcos también se ha dormido, que guapo está.
Me incorporo y acerco mi cara a la suya. Así es más perfecto aún. Cierro los ojos y empiezo a acercar mis labios a los suyos.
- ¡Toc toc! ¿Se puede pasar?
¡Blanca! Mierda, se me había olvidado que tenía que venir. Me levanto corriendo y abro la puerta.
- Hola Eva, hola hermano.
¿Hermano? Me giro y Marcos está detrás mío. ¿Cómo es posible?
- ¿Tu no estabas durmiendo?
- Llevo despierto todo el rato, la que te has dormido has sido tu. - Se acerca a mi oído y me susurra. - Tenemos algo pendiente.
Sin poder evitarlo me pongo roja como un tomate. ¡Me ha engañado! Cuando estemos solos
se va a enterar. Blanca nos mira de una forma extraña y curiosa. Su hermano la agarra de los hombros y la dirige al sofá antes de que empiece a preguntar.

- ¿Y bien? ¿Como está Lírio?
- Sigue igual...
- Perdón, ¿quien es Lírio?
- Es mi mejor amiga. La semana pasada se puso muy enferma y no sabemos como ayudarla.
- ¿Y el médico que dice? - Blanca agacha la cabeza.
- Que no tiene cura... - Marcos contesta y abraza fuertemente a su hermanita que no para de llorar.
- Lo siento, no tendría que haber preguntado.
- No te preocupes, yo aún creo que se puede salvar el problema es que el médico este nunca ha tenido un caso como este y coge el camino fácil.
- Yo... Estoy estudiando medicina, quizás pueda ayudar. - Blanca levanta la cabeza de golpe.
- ¿En serio?
- Sí, al menos quiero intentarlo.
 Salimos de casa y empezamos a caminar. La calle está llena de gente sonriente que nos saluda al pasar. Unos niños se acercan corriendo a nosotros y empiezan a bailar a nuestro alrededor. Blanca se agacha y les da una manzana a cada uno. El mas mayor le da las gracias y se van. Dos o tres minutos después llegamos a una casa blanca con un jardín precioso. Cruzamos una verja y un hombre de unos cuarenta años nos abre la puerta de la casa. Blanca nos presenta y Juan, así se llama el hombre, nos guía hasta la habitación de su hija. Cuando entro veo a una chica muy blanca tumbada en la cama y tapada hasta el cuello.
- Mira cariño, esta es Eva y viene a ayudarte.
- Hola, soy Lir... - Empieza a toser mucho. Tiene una voz muy, muy débil.
- Tranquila, no te esfuerces mucho.
Me acerco a ella y le pongo la mano en la frente. Esta muy caliente, ardiendo. Tiene que tener por lo menos cuarenta y dos de fiebre.
- ¡Rápido! Preparad una bañera de agua fría con cubitos de hielo.
Todos obedecen. Mi amiga y yo empezamos a desvestirla mientras su padre y Marcos esperan fuera. Las dos la llevamos hasta el cuarto de baño y despacio la metemos en el agua.
- Esta muy fría - Lo dice entre tiritos, me da mucha pena.
- Lo sé, pero es necesario para bajarte la temperatura.
Unos minutos después la sacamos, la vestimos y la volvemos a tumbar en la cama. Entonces empieza a toser mucho y Juan le acerca un vaso de agua.
- ¿Cuanto tiempo lleva con esa tos?
- Des de que terminó el invierno.
- ¿Terminó? Si estamos en pleno Diciembre.
- No... Estamos en Agosto por eso vamos en manga corta.
Es verdad, ahora que me fijo bien voy en vestido y en la calle hace mucho Sol, ¿como es posible?
- ¿Por qué preguntabas lo de mi tos?
- ¿Qué? Sí, verás necesito que te incorpores y te levantes un poco la camisa.
- Vale... - Apoyo mi oreja en su espalda y escucho como tiene los pulmones llenos de mucosidad - ¿Qué me pasa?
- Tienes una bronquitis y un principio de neumonía.
- ¿Qué es eso? ¿Es muy grave?
- No, tranquila, se puede curar solo tienes que tomar ventolín.
- Eva... - Blanca me llama por la espalda
- ¿Qué pasa?
- Verás... Aquí no tenemos de eso...
- ¿Como? Mierda... Ojalá pudiera traer de mi casa...
De repente noto como todos me mira, bueno, no a mí exactamente, están mirando... ¿mi collar? Agacho la cabeza y veo como de él sale na gran bola de color verde y azul.
- ¿Qué... Qué es eso?
- No lo se...
Acerco mi mano y el extraño objeto se posa en mi mano. Entonces una luz muy intensa empieza a brillar.
- ¡No veo nada!
- ¡Ni yo!
La luz se apaga. Todos nos miramos entre nosotros. Yo tengo el puño cerrado y noto algo dentro de él. Lentamente abro mi mano y en ella veo un bote de ventolín.
- ¡Ventolín! Lírio, ¡tengo tu medicina!
- ¿En serio? ¡Genial!
- Toma, cada ocho horas tómatelo y en un par de días vendré a verte.
- Muchísimas gracias por ayudar a mi hija.
- De nada, ha sido un placer.
- Eva, Marcos, vosotros ir tirando para casa que yo me quedo un rato más.
- Vale, no tardes hermanita.
Cuando llegamos a casa, me siento en el sofá y resoplo.
- ¿Cansada? - Marcos se acerca y se sienta a mi lado.
- Un poco.
- ¿Sabes? Eres muy buena doctora.
- Muchas gracias, pero aún estoy empezando, este es que ha sido un caso fácil.
- Bueno, no hay excusa. Además, a mi también me duele algo.
- ¿El qué?
- El corazón. - Se acerca y me besa suavemente en los labios.


4 comentarios:

  1. Aaaaaaaawww:3 me encanta me encanta me encantaaaa!!! Erees la mejooor te quiero guapisimaaaaaa!!!!
    Un besazoo!

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    1. jajajajajja ya tienes tu beso ;) yo tambien te quiero muchoo!!1 Besitoooos guapiii!!

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  2. AAAAAAAAW!
    Me encantaaaaaaa! Tenia pensado hablar seriamente contigo el lunes, pero como lo has colgado y ha sido tan genial he decidido no hacer nada por el momento ;)
    Un beso enorme
    PD: Quiero que a partir de ahora hayan mas besos, siiii!

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    1. jajaja ufff menos mal ya me ibas a cantar las cuarenta XD pero he cumplido y lo he subido ee? jajaja Un besazoo <3

      PD: Por supuestoo! habran mas y mas besos! jajajaj

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